Álvaro Santiago, la aventura eterna
Durante 27 años fue un rosto habitual en la programación de RTVE como director del programa ‘Al filo de imposible’. Sebastián Álvaro es uno de los grandes aventureros españoles y bajo ese prisma será uno de los protagonistas de la IV edición de Periplo, Festival Internacional de Viajes y Aventura que desde el día 10 […]

Durante 27 años fue un rosto habitual en la programación de RTVE como director del programa ‘Al filo de imposible’. Sebastián Álvaro es uno de los grandes aventureros españoles y bajo ese prisma será uno de los protagonistas de la IV edición de Periplo, Festival Internacional de Viajes y Aventura que desde el día 10 y hasta el día 16 del presente mes de octubre se llevará a cabo en el barrio de La Ranilla del Puerto de la Cruz.

Más que el riesgo por el riesgo, Sebastián Álvaro, aventurero eterno, afirma haber buscado realizar un trabajo bien hecho de cuyo resultado televiso pudieran sentirse orgullosos: “Siempre me he movido bajo algunos parámetros claros que me inculcaron mis padres: el trabajo, el esfuerzo, a veces incluso el sacrificio cuando es necesario.  Así encaré también la labor en ‘Al filo de lo imposible’. No se trataba solamente de arriesgarse por hacer aventuras muy arriesgadas, sino de hacer un trabajo y hacerlo bien”.

En esta larga carrera de expediciones y aventuras, Sebastián Álvaro distingue perfectamente los momentos más delicados, en los que el riesgo terminó en tragedia: “Las expediciones más tristes son sin duda aquellas en las que perdí compañeros. La expedición al K2 de 1994, en la que murió Atxo Apellaniz y Juanjo San Sebastián sufrió graves imputaciones en sus manos, y la expedición a la isla Guadalupe que hicimos en el 2003 en la que falleció Xabi Iturriaga y otra compañera tuvo múltiples fracturas. Con la experiencia que tengo ahora, hay muchas cosas que no haría igual. No soy de los que digo que no me arrepiento de nada. Me arrepiento de algunas cosas, fundamentalmente la de confiar en personas que no debía haber confiado.

En su larga carrera como viajero, Sebastián Álvaro ha podido visitar muchos parajes que en hoy en día están seriamente dañados por la acción humana: “La verdad es que todo esto produce una sensación muy triste. Sobre todo por los grandes hielos del planeta que estamos perdiendo. Todos los glaciares están en franca regresión. Pero lo peor no es que no estemos haciendo nada por dejar de contaminar el aire y las aguas, contribuyendo al calentamiento global, lo peor es que poco a poco la depredación del ser humano no tiene límites”.

Su espíritu aventurero no tiene límites: “En estos momentos estamos preparando una expedición a la Antártida. Me gustaría mucho volver al continente helado, compartir escaladas y aventuras con amigos a los que quiero y pasarme dos meses sin internet, aislado al margen de este mundo, fuera de las noticias de guerras, atentados y corrupción que nos inundan todos los días… probablemente me estoy haciendo mayo”

Sobre las Islas Canarias también tiene sus predilecciones: “De las islas me atraen sus paisajes, de belleza y exclusividad únicas. Y los amigos, que me hacen regresar a Canarias y hacerme sentir como si estuviera en casa. Los paisajes de la isla son espectaculares. Los bosques de laurisilva, los atardeceres… pero el Teide siempre será un amigo al que hay que volver a ver como se visita a los amigos, como vuelvo al museo del Prado a ver esos cuadros que me emocionan. No es un desafío, es una vieja pasión”.

Sebastián Álvaro  también aboga por la creatividad en el mundo del alpinismo: “Creo que, de forma mayoritaria, ahora estamos en una etapa poco creativa, muy repetitiva, donde se abusa de rutas normales, cuerdas fijas y porteadores que llevan la iniciativa. Incluso se utilizan botellas de oxígeno en montañas que originalmente se ascendieron sin botellas. Luego hay algunas pequeñas expediciones interesantes como las últimas de Zabalza, Iñurrategui y Vallejo, pero que más bien parecen excepciones en un panorama bastante aburrido. Sin embargo tenemos a alpinistas más fuertes que nunca, casi atletas, pareciera como si faltara imaginación, valentía y compromiso. Espero que los chavales jóvenes se decidan a pensar a lo grande”.